Las tres cosas básicas que debe permitir un gestor de base
de datos son: introducir datos, almacenarlos y recuperarlos. Al mismo tiempo
permiten otra serie de funciones que hacen de ellos herramientas
incomparablemente superiores a los métodos tradicionales de almacenamiento de
datos: archivadores, carpetas, etc. Cualquier gestor debe permitir: ordenar los
datos, realizar búsquedas, mostrar distintas vistas de los datos, realizar cálculos
sobre ellos, resumirlos, generar informes a partir de ellos, importarlos y
exportarlos.
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